domingo, 8 de marzo de 2015

Una noche de ensueño 

HyogaxShun

No sé si alguien llegue a leer esto, pero por si es así, me gustaría aclarar que soy la autora de este fanfic, "Uke Neko~", este fanfic también está en "Mundo Yaoi" y solo me gustaría aclarar que soy la misma autora.

Capitulo 1.


-¡Shun!-Gritaba un peli azul a su pequeño hermano-. ¡Ven!
Un peli verde se acercó a su hermano mayor, lo miro, con esa mirada tan pura y digna de él.
-¿Qué pasa, Ikki?-preguntó el menor.
-Saldré un mes…
El Fénix miró preocupado a su hermano menor, para Ikki, Shun no se sabía cuidar solo y siempre quería estar protegiéndolo.
-Pero… Volverás, ¿verdad?-los ojos del adolescente se llenaron de lagrimas.
-Sí, Shun, no llores-Ikki acarició el cabello de su hermano-. No será por siempre…
Shun asintió aun con lágrimas. Había estado 10 años sin su hermano, apenas lo había recuperado, ahora, en sus 17 años y se iba a alejar de él, otra vez.
-Pero… es que… acabas de volver…-Shun se abrazó a su hermano en busca de consuelo.
Después de que Ikki lo consoló, Shun lo acompañó a la puerta de la casa, el Fénix se despidió y el peli verde quedo solo en aquella casa, en la casa donde había estado por 10 años sin compañía… Decidió subir a cambiarse a su pijama, se puso una playerita y un short, los dos de color verde.
El tiempo ya había pasado, eran las 6 de la tarde cuando empezó a llover, Shun le tenía demasiado miedo a los truenos, así que se encerró en el cuarto debajo de las escaleras, se escuchó un trueno, el cual hizo que el adolescente soltará un grito y comenzará a temblar abrazándose a sí mismo, comenzó a susurrar el nombre de su hermano para sentirse protegido, de pronto escuchó como la puerta de la entrada de la casa se abría para después volver a cerrarse, escuchó los pasos acercándose al cuarto de debajo de la escalera, Shun cerró los ojos con fuerza esperando lo peor, la puerta del cuarto de debajo de la escalera se abrió, el adolescente comenzó a gritar y llorar lanzando patadas para defenderse de un posible ladrón.
-¡Shun! ¡Shun! ¡Soy yo!-lo tranquilizó la segunda persona que más quería, la persona de la que había estado enamorado desde que lo vio a sus 7 años de edad, su mejor amigo.
Shun se lanzó abrazándose a su amigo, llorando de felicidad, y dijo el nombre que más disfrutaba pronunciar.
-Hyoga…
El rubio sonrió al sentir al pequeño Andrómeda en sus brazos, le acarició el cabello de forma tierna y protectora.
-Ikki me mandó a cuidarte, ya no llores, eres hermoso cuando sonríes…
El peli verde enrojeció con el comentario de su amigo, se separo un poco y lo miró a los ojos, Shun los tenía rojos de llorar.
-¿enserio?
-Sí, me gustas más cuando sonríes
El adolescente se puso como tomate mirando al piso… ”Me gustas…” fueron las únicas palabras que se le grabaron al caballero de Andrómeda, el adolescente decidió no ilusionarse y después negó con la cabeza.
-¿Enserio Ikki te mando a cuidarme…?
-¡Ah!-El cisne soltó una risa nerviosa y un leve sonrojo apareció en su rostro por su error al interpretar mal la pregunta pasada-. Sí, parece que ese pájaro no me odia tanto.
-No le digas así, Hyoga-Shun lo regaño-. Pero… Creí que… Bueno, eran enemigos a muerte.
-Sí, así es, pero le preocupa tanto su pequeño hermanito que me tolerará-sonrió el rubio, recibiendo a cambio un beso en la mejilla por parte del adolescente, Hyoga se sintió en la nubes-. Bueno, vamos a la cama
Hyoga cargó a Shun, cerrando con un pie la puerta del cuarto donde se encontraba el peli verde, subió las escaleras, se dirigió al cuarto de Shun y lo depositó con dulzura en la cama del adolescente.
El ruso se sentía en el cielo, solo, en el cuarto de su amado, con su pequeño ángel en la cama, tan indefenso y tan vulnerable, unos pensamientos sucios inundaron la mente del rubio, hasta que la dulce y delicada voz de Shun lo sacó.
-Hyoga… ¿Vas a dormir conmigo?
El cisne negó, a lo que Shun puso una mirada triste, se escuchó otro trueno.
-¡AHHH!-Shun se escondió temblando bajo las sabanas.
-Shun…-Hyoga lo miró con ternura, una ternura que solo iba a ser dedicada hacía ese pequeño ángel y solamente para ese pequeño ángel-. ¿Si me duermo contigo te tranquilizarás un poco?
Andrómeda destapó su cabeza y asintió aún con miedo. El ruso se desvistió quedando solamente en bóxer, se metió a las cobijas junto a Shun y lo abrazó, de una forma protectora, escondiendo la cara del pequeño en su pecho.
Shun se sentía protegido… Querido… Amado… sensaciones que solamente las sentía cada vez que estaba con el cisne… el adolescente cerró los ojos y comenzó a imaginarse una vida perfecta al lado de su amado ruso, hasta caer en un profundo y bello sueño.
Capitulo 2
Hyoga, al darse cuenta de que su pequeño se quedó dormido, respiró profundamente para inhalar el perfume que emanaba siempre de Shun, lo soltó cuidadosamente para no despertarlo, lo volteó boca arriba y se acomodó encima del adolescente.
Ahí estaba… Tan perfecto… Durmiendo tranquilamente, tan puro, tan inocente, tan digno de él, Hyoga depositó un pequeño beso en los labios del menor a lo que este respondió con un suspiro en sueños.
El rubio de cercioró de que Shun siguiera durmiendo, al ver que así era, continuo dando besos y dejando marcas que decían que ese tierno ángel era suyo y solamente suyo, de nadie más… El ruso fue quitando la playerita de la pijama de Andrómeda, dejando al descubierto el pecho de su amado. No tardó en besarle, lamerle y morderle aquel frágil torso, Shun solo soltaba uno que otro suspiro y algún gemido. El cisne bajo hasta aquellos rosados y vírgenes pezones para comenzar a lamerlos.
El adolescente en sus sueños se sentía en el paraíso, tenía sensaciones que nunca en su vida había experimentado… pero las gozaba… gozaba aquellas sensaciones, despertó al sentir una mordida en uno de sus pezones.
-¡Ah!-Andrómeda abrió los ojos de golpe, encontrándose con Hyoga, que seguía con sus acciones sin darse cuenta que el peli verde había despertado-. Hyo… ¡Ah!... Hyoga…
Hyoga levantó la mirada encontrándose con un inocente Shun, el caballero de cisne tenía mucho que explicar.
-Yo… Ehmmm… Yo…-No encontraba excusa existente-. Lo que pasa es que…
Shun estaba completamente rojo por darse cuenta de aquella situación, él, con escasa ropa, a merced de su amor, con Hyoga sobre él, en solo ropa interior, solo escuchaba a lo lejos las disculpas de su amado cisne, tomó valor y finalmente dijo.
-Se gentil… ¿sí?...-Shun cerró los ojos con fuerza completamente apenado por lo que acababa de decir.
Hyoga ni tardo ni perezoso tomó esa oportunidad que le había regalado su niño y dio otra mordida.
-¡Ah!-lagrimas salían de los ojos del pequeño Andrómeda.
El ruso al darse cuenta de esto comenzó a sobar la mordida y darle pequeños besos cariñosos sobre ella, esto relajó al peli verde, a lo que el cisne decidió buscar otra parte para morder, arrancando de la boca del menor gemidos y de sus ojos lágrimas.
-dije…-comenzó a decir Shun, mientras recibía otra mordida por parte del rubio-. ¡Ah! ¡Gentil!
Hyoga sonrió, amaba ver a su pequeño de esa manera, se veía tan sumiso y tan tierno… pero tampoco era tan malo, le dio un pequeño beso en los labios a lo que el menor le trato de corresponder pero torpemente, lo que hizo que Hyoga se le saliera una carcajada.
-¡no te rías!-Shun hizo un puchero-Es mi primera vez…
-Por eso…-sonrió Hyoga para después darle un beso en la frente-. Esto es magníficamente especial, pequeño…
De pronto la puerta del cuarto se abrió, con un muy enojado Fénix.
-¡Hermano!...-gritó enrojecido Shun-. Creí que te fuiste…
-Sí…-sonrió, una sonrisa que daba miedo… No era normal verlo sonreír-. Pero decidí volver para no dejar solo a mi hermanito y me encuentro con esta escena…
-Yo… Escucha Ikki… Puedo explicar lo que está pasando… enserio…-Hyoga sonrió nerviosamente, sabía lo que aguardaba.
Ikki era muy sobreprotector con Shun y no quería ver que su hermanito, ya no era un niño, estaba por convertirse en un adulto, pero para Ikki seguía siendo ese bebe al cual tenía que proteger ante todo, y era muy celoso, como si fuera su padre, no lo dejaba estar a solas con nadie a menos que les tuviera mucha confianza, y la verdad la última persona que desearía encontrarse en esa forma tan comprometida con su pequeño hermano, era aquel cisne, su peor enemigo.
-¡Maldito, Pato!-El Fénix saco a Hyoga de las cobijas tomándolo del cuello ahorcándolo, y lo pegó contra la pared-. ¡¿Qué le estabas haciendo a mi hermanito?!

Capitulo 3


-¡Maldito, Pato!-El Fénix saco a Hyoga de las cobijas tomándolo del cuello ahorcándolo, y lo pegó contra la pared-. ¡¿Qué le estabas haciendo a mi hermanito?!
Hyoga intentó hablar pero las palabras no salían de su boca, trato de quitar las manos de Ikki de su cuello pero era inútil, Ikki era demasiado fuerte.
-¡Hermano! ¡Hermano! ¡Detente! ¡Lo mataras!-Shun corrió hacia su hermano tratando en vano de hacer que el Fénix dejará a Hyoga.
-¡Eso intento!-Ikki apretó más el cuello del ruso.
-¡Ikki!-El adolescente comenzó a llorar.
Al ver esto, Ikki soltó a Hyoga, el ruso cayó al suelo con escaso aire en los pulmones, el peli azul miro detenidamente a su hermano menor, la ira creció aun más al ver los chupetones y las mordidas en el torso de su pequeño hermano.
-¡Eres un maldito, hijo de…!
-¡Ikki!-el pequeño lo miró aún con lágrimas y algo molesto
-Perdón… Es que… Shun… Mírate…. Ese maldito pato te corrompió
-¡No es cierto!
Hyoga se encontraba sin aire, intentaba articular palabra sin éxito, escuchaba como los hermanos se estaban peleando, se levanto con dificultad y se recargo en la pared con escasas fuerzas.
-¡Bas…!-el Cisne tomó un poco de aire-. Basta…
El caballero de Andrómeda y el caballero del Fénix lo miraron sorprendidos.
-Perdón, Ikki…-el ruso inhalo un poco más-. Sé que… hice mal… Pero…-volvió a inhalar-. Amo a Shun… y no haría nada…-tomo un poco mas de aire-. Que él no quisiera…
Ikki le dirigió una mirada molesta, que si fuera sido posible, lo hubiera asesinado con ella.
-¡Calla!-el Fénix se acercó a él-. ¡Eres una mala persona, así que te castigaré en esta vida con el puño del fantasma del Fénix!
-¡Hermano! ¡Piensa con claridad!
El Cisne, ya recuperado, decidió esperar en silencio a que Ikki se calmara y estuviera dispuesto a escuchar, claro que, eso era algo imposible si se trataba del Fénix.
-Basta… Shun, te vas a ir conmigo-Ikki agarró una maleta y comenzó a meter las cosas del peli verde en ella.
-¡¿Qué?!-dijeron Hyoga y Shun al unísimo para después mirarse entre sí.
-Lo que escucharon
-¡No puedes llevártelo a la Isla de la Reina Muerte! ¡Podría morir!-Gritó un muy exaltado Cisne.
-Lo cuidaré, y no dejare que nadie como tú lo vuelva a corromper-el peli azul tomó la maleta y jaló a su hermano fuera de la casa. Hyoga los fue siguiendo-Nos perderás en cuanto entremos al auto
El Fénix abrió la puerta del copiloto empujando a Shun dentro, cerró la puerta y se puso el seguro automático. El peli verde no podía escuchar nada, solo veía a Ikki gritándole a Hyoga y viceversa. Intentaba salir pero no podía, ya que tenía puesto el seguro para niños. Se cambio de lugar al piloto y como tenía puestas las llaves, las giro lentamente encendiendo el motor.
-¡Shun!-dijeron Hyoga e Ikki al tiempo.
El adolescente abrió la ventanilla un poco.
-¡Shun! ¡No sabes manejar!-Ikki iba a ir hacia Shun.
-¡Un paso más y me estrellaré!
Capitulo 4


Ante lo que dijo Andrómeda, el cisne y el Fénix se miraron preocupados.
-Ikki, amo a Hyoga y no me pienso ir a esa maldita Isla-el peli verde miró por el retrovisor a su hermano, que miraba con odio al cisne-. ¿Okey?
El peli azul comenzó a maldecir cosas en lo bajo y después asintió no muy convencido, solo quería que su pequeño hermano estuviera bien.
-y te irás a tu isla ¿sí? Estaré bien mientras tenga a Hyoga conmigo.

Por el espejo retrovisor se distinguía el puchero que estaba haciendo el adolescente, este puchero hizo que una sonrisa apareciera en el rostro de los otros dos caballeros. Shun giró de regreso la llave apagando el motor, se bajó del auto y se juntó con los otros dos caballeros.
-Está bien-dijo por fin el peli azul, dejando sin palabras al menor y al cisne-. Pero…
-¡Lo sabia! ¡Sabía que había un “PERO”! ¡¿No pueden dejar ser feliz a uno sin pedir condiciones?!-se quejó Hyoga.
-¡Cállate, maldito Pato!-lo regañó el Fénix-. Los dejaré con Seiya
-¿Qué? ¿Por qué?-volvió a quejarse el rubio-. ¿De tantas personas por qué…?
-¡Está bien!-interrumpió Shun a Hyoga para que no hiciera enojar más a su hermano-. Gracias, como te quiero-el peli verde abrazó a su hermano y después del abrazo dió un estornudo-. ¿Podemos meternos?
De tanta pelea, se les había olvidado que Shun y Hyoga estaban en ropa interior y que aparte de todo, estaba lloviendo; para Hyoga ese frio era apenas una brisa ya que vivió en Siberia, pero en cambio Shun estaba como tempano de hielo.
Se metieron a la casa, el menor decidió meterse a bañar para evitar enfermarse gravemente, se despidió de su hermano y después se metió al baño.
Ikki y Hyoga se miraron por unos segundos, la mirada del Fénix reflejaba obviamente odio hacia el cisne. Salió de la casa sin decir absolutamente nada, se subió a su coche para buscar a Seiya; Hyoga miró detenidamente al coche hasta que no vio rastro de él.
Entró con cuidado al baño para que el adolescente no lo notara, ya que estaba de espaldas enjabonándose el cuerpo, el cisne se quitó el bóxer quedando completamente desnudo y cerró la puerta del baño haciendo que el peli verde lo volteará a ver.
-¡Hyoga!-el pequeño se tapo escasamente con las manos-. ¡Se toca!
-¿Se toca?-El cisne sonrió pervertidamente mientras se quitaba el bóxer y se acercaba lentamente al adolescente-. ¿Dónde se toca?-El rubio quedó a centímetros de Andrómeda, lo que causo el sonrojo de éste-. Sera… ¿Aquí?...-Las manos del ruso se pasearon por el cuerpo del menor hasta llegar a su virilidad.
El peli verde soltó un pequeño gemido al sentir las manos de su amado cisne tocándolo de esa manera tan excitante.
-Hmmm… Mi conejito…-le susurró el cisne sin detener sus movimientos-. Parece que se está endureciendo…-Hyoga sonrió-. Si... y se está poniendo más y más duro tu…-El rubio fue callado por un beso por parte del adolescente.
-No digas esa palabra…-el peli verde se sonrojó completamente.
-¿Cuál palabra?-Hyoga detuvo su movimiento y le dio un pequeño beso en los labios al cual el menor correspondió con gusto.
-Sabes bien cual…-Otro beso.
Hyoga soltó una risita y después lo besó otra vez, atrayéndolo más hacia él tomándolo por la cintura. Se dieron unos cuantos besos pequeños y llenos de amor y dulzura, después el rubio detuvo ese momento para empezar a besar el cuello del adolescente.
-Shun…-susurró pausando un poco sus actos pero no del todo.
-Di… Dime…
El ruso subió de nuevo a los labios de Shun depositándole un cálido beso, pero este beso no fue con dulzura, fue más apasionado, pero el beso se terminó en cuanto se acabó el aire para los dos caballeros.
-¿Me amas?-Hyoga miró a Shun con necesitad… Necesidad de que le dijera que si… Necesidad de que su pequeño ángel lo amará tanto como él.
-Obviamente…-sonrió Shun-. Enfrenté a mi hermano por ti y ¿todavía preguntas eso?-Shun fingió estar molesto con Hyoga-. Vaya confianza que le tienes a tu novio…
La última palabra dejó sin palabras y sin aire al caballero de los hielos… “Novio”, una sonrisa de tonto enamorado se dibujó en el rostro de Hyoga y besó la frente del peli verde.
-Entonces… Soy tu novio… y Tú eres el mío… ¿no?-Hyoga ya había entendido, pero quería escucharlo, otra vez, de los labios del que tanto había amado desde hace tiempo.
-Sí, no haría esto con nadie-Shun rodeo con sus brazos el cuello de Hyoga y depositó otro beso en los labios de éste.

Capitulo 5

-Sí, no haría esto con nadie-Shun rodeo con sus brazos el cuello de Hyoga depositando otro beso en los labios de éste.
El rubio al terminar el beso sonrió susurrándole al peli verde cuanto lo amaba, se hincó quedando a la altura de la entrepierna de Andrómeda, introduciendo en su boca el miembro del adolescente.
-¡Hyoga! ¡Ah! ¡Oh dios!-El peli verde, intentará lo que intentará, no podía callarse
Tales eran los gemidos del menor que ninguno de los dos escuchó como alguien entraba a la casa y se acercaba al baño desconcertado por la voz de Shun gimiendo el nombre de un conocido Cisne.
-¿Shun?-Era el caballero de Pegaso, golpeó la puerta un par de veces-. ¿Hay alguien contigo?...
El peli verde al escuchar la voz del castaño empujó a Hyoga, haciendo que cayera de espaldas al suelo, fue hacia una toalla, se secó y se vistió como si su vida dependiera de ello.
-Te traeré ropa, báñate-susurró el caballero de Andrómeda para después salir del baño y cerrar la puerta no dejando ver a Seiya dentro-. ¡Seiya! ¡Hola!-Rió nervioso.
-Shun…-el Pegaso se sonrojó un poco al ver al menor con el cabello mojado y recién bañado, recordando lo que había escuchado-. Hmmm… ¿Por…? ¿Por qué gritabas?...-preguntó apenado el Pegaso.
-Eh… Porque… el agua estaba fría…-Mintió
-¿El agua se llama Hyoga?-Seiya miró al peli verde alzando una ceja como signo de que no le creía nada, esto hizo que Shun se sonrojará-. Por cierto… ¿Dónde está él? Ikki me dijo que estaba aquí.
-Sí… esta en… ¡Debajo de la escalera!-volvió a soltar una risa nerviosa guiando al caballero de Pegaso al cuarto que se encontraba debajo de la escalera.
En cuanto Seiya entró al cuarto, Shun lo encerró, subió al cuarto de Ikki sacando un pijama que le pertenecía al mayor, corrió al baño donde se encontraba Hyoga, entró, dejando la ropa en el lavabo para que no se mojara y fue de nuevo hacia el cuarto donde se encontraba un Pegaso muy enojado, lo dejó salir.
-¡¿Qué diablos te pasa?! ¡¿Por qué me encerraste?!
-Perdón, Seiya-Shun miró apenado al suelo mientras intentaba encontrar una mentira-. Es que… ¿entré en pánico?... ¡Sí! ¡Eso! ¡Entré en pánico!
-¿Pánico?-Seiya lo volvió a mirar con una ceja levantada en señal que no le creía-. ¿Pánico de qué?
-De… ¿La abeja?...-dijo inseguro el peli verde.
-¿Me estas preguntando o me estás diciendo?
Antes de que siguiera la tortura para el caballero de Andrómeda, apareció Hyoga saludando al Pegaso y después tomando de la cintura al peli verde, este acto sorprendió bastante al castaño.
-¿Paso algo de lo que me perdí?-rió Seiya.
-Yo creo que fue más que algo-también rió el rubio, este comentario hizo sonrojar al adolescente como si fuera un tomate.
-Vaya…-Seiya miró de arriba abajo al peli verde-. Y yo que pensé que Shun era aún un niño…-volvió a reír haciendo sonrojar aún más a Andrómeda-. Pero Ikki me mandó decir que no los dejará juntos…
-No le harás caso, ¿o sí?-le preguntó el cisne mirándolo molesto.
-No tengo opción, Ikki me odia… Claro, no tanto como a ti, ¿verdad?-se burló causando la molestia del cisne-. Y no quiero que me odie como a ti, así que, tú dormirás en el cuarto de Ikki… Shun y yo dormiremos juntos en su habitación
-¿Qué? ¿Por qué debes dormir con él?-Hyoga soltó la cintura del peli verde para dirigirse al castaño tomándolo por el cuello de su camisa-. Si intentas propasarte con él, no despertarás, ¿Me has entendido?
Seiya le dirigió una sonrisa arrogante y empujó al cisne para que lo soltase, después se encogió de hombros.
-Como si me importara que hiciera un ganso-le enseño la lengua.
-Estás muerto
Seiya comenzó a reír y recibió un golpe del rubio, al cual esquivó torpemente recibiendo solo un roce.
-Ey, Ey, solo bromeaba, Hyoga, tranquilízate ¿vale? Shun es tuyo, de todas maneras no me gustan los inocentes…-sonrió
Hyoga suspiró. “Nunca cambiarás, Seiya” pensó. Los tres caballeros se fueron a sus habitaciones asignadas. Hyoga se acostó y miró la ventana imaginando miles de posiciones con su amado causando una reacción muy evidente que hizo que se sonrojara, mientras tanto Seiya se quedó dormido en cuanto toco el piso, ya que, obviamente, no iba a dormir en la misma cama que Shun porque tanto Ikki como Hyoga lo iban a matar, y Shun… El adolescente no podía dormir, necesitaba estar con Hyoga, sentir su calor, sus besos, sus caricias… El menor empezó a acariciarse suavemente imaginando las manos de Hyoga.
Capitulo 6

Shun sin ruido comenzó a acariciarse… Primero los brazos… Luego las piernas… El adolescente se limitaba a soltar algún que otro suspiro y un gemido ahogado, miraba de vez en cuando al Pegaso para ver que siguiera dormido, “Gracias a los dioses tiene el sueño pesado…” Pensaba cada vez lo veía. Sin ruido, comenzó a quitarse la ropa, dejándola en una esquina de la cama, se metió a las cobijas y bajo hasta su miembro, avergonzado por lo que estaba a punto de hacer, se mordió el labio inferior para no soltar algún sonido que despertará al castaño, empezó a masajearse con movimientos lentos primero, hasta empezar a subir la intensidad; de pronto, vio la puerta abriéndose, y antes de que pudiera gritar sintió un beso en sus labios y como se iban metiendo cuidadosamente bajo las cobijas junto a él. Conocía esos labios… Era Hyoga, empezó a sentir como el cisne se colocaba encima de él sin parar de besarlo, el beso terminó cuando los dos tuvieron que tomar aire.
-Hyoga… ¿Qué haces aquí?-susurró el peli verde rodeando con sus brazos el cuello del mayor.
-Te extrañaba…-sonrió-. Y ¿Por qué estas desnudo? ¿Me esperabas?-bromeó haciendo que ardiera la cara de Shun.
-Es que…-intentó explicar pero se dio cuenta que Hyoga también estaba desnudo-. ¿Y tu ropa?-enrojeció aún más.
-Estaba haciendo lo mismo que tú…-le dio un beso en la frente-. Pero no me conforme con mi mano…
Hyoga acercó su cadera a la pierna del peli verde para que este notara la gran erección que tenía, el rubio miró al peli verde suplicando que no lo dejara de esa forma, Shun comprendió lo que su amado cisne le intentaba decir, con un ágil movimiento dejó a Hyoga abajo y él quedo arriba, le dio un torpe pero tierno beso en los labios y fue bajando hasta el miembro del cisne, sin pensárselo dos veces lo tomó delicadamente y lo introdujo en su boca causando un suspiro por parte del rubio; comenzó a meterlo y sacarlo en su boca, le daba lamidas y alguna que otra mordida muy suave. El cisne comenzó a gemir sin importarle que ahí estuviera Seiya, se sentía en el paraíso, hasta que sintió llegar el orgasmo… Y se corrió en la boca del menor dando un suspiro. Shun volvió a subir y le dio un beso en la mejilla a Hyoga.
-¿Qué te parecio? ¿No supe hacerlo? ¿Te dio asco?-los ojos de Shun se llenaron de lagrimas.
-Shun… Si termine en tu boca fue porque me encanto ¿No crees?-sonrió, pero cuando miró detenidamente a Shun, se percató que no había rastro del liquido que había soltado-. Shun… ¿Te…Te lo tragaste?-El rubio enrojeció.
-Sí… ¿Estuvo mal?-El adolescente miró asustado a su amado, el cual solo sonrió por el susto del pequeño.
-No… Eso es excitante…
Hyoga tomó de la nuca a Shun y lo acercó besándolo apasionadamente, cuando el beso terminó quedó un hilillo de saliva el cual significaba que los unía, el cisne ya no aguantaba más, necesitaba sentirse dentro de Shun, escuchar los gemidos de Shun…
-Oye, pequeño-dijo Hyoga besándole la frente al menor.
-Mande
-Dime… ¿Sí o no?
-¿Para qué?-Shun estaba desconcertado.
-Tú solo dime, amor, ¿Sí o no?
-Hmmm… Sí-sonrió
Hyoga se sentó en la orilla de la cama y le hizo una señal a Shun de que se acercará, cuando este lo hizo, el rubio lo cargó en sus piernas, abrazando la cintura del menor.
-¿Para qué era, Hyoga?-preguntó Shun con puchero.
-Para ver si te penetraba de una sola o si no lo hacía y mejor te ayudaba a acostumbrarte…
-Y yo elegí…-las mejillas de Andrómeda volvieron a arder al darse cuenta de la respuesta que había dado.
-Que te penetrara de una sola-sonrió pervertidamente-. Pero tranquilo ¿sí?... Prometo ser gentil… esta vez-rió
El cisne tomó a Andrómeda, con sus dedos abrió un poco la entrada y lo hizo que se sentara cuidadosamente en su miembro que se había vuelto a endurecer, Shun abrazo el cuello de su amado cisne, las lagrimas brotaban de sus ojos y de su boca salían gemidos de dolor y placer; cuando Hyoga estuvo completamente dentro soltó un suspiro y espero a que Shun se relajará, pero en lugar de eso, el menor comenzaba a tensarse más apretando el miembro del rubio, eso le dolía a Hyoga, pero era el dolor más placentero que había sentido.
-¡Ah!-gimió Hyoga al sentir como el peli verde se tensaba y relajaba rítmicamente-. ¡Por todos los dioses! ¡Te amo, Shun!-gritó sin importarle poder despertar al castaño que dormía en el suelo.
A Shun tampoco le importo que gritará si eso significaba que le estaba gustando, el menor había escuchado una vez a su hermano Ikki comentándole a Seiya que entré más estrecho era “ahí abajo” era mucho más placentero para quien penetraba, así que decidió ponerlo en práctica y darse cuenta que así era. Hyoga estaba a punto de terminar pero no quería hacerlo sin darle placer a su pequeño, así que cambio de posición poniendo a Shun acostado bajo él sin salir del menor, comenzó con estocadas débiles en lo que el adolescente se acostumbraba hasta que empezó a aumentar la fuerza y la velocidad.
-¡Ahhh! ¡Hyoga! ¡Ah! ¡M…Más!-Shun se abrazó a Hyoga mientras le rasguñaba a causa del placer.
El cisne obedecía cada vez que su pequeño le pedía que lo hiciera más rápido y más fuerte, hasta que los dos terminaron, Hyoga dentro de Shun y Shun manchando su vientre y el del rubio. Cayeron cansados a la cama, el rubio salió lentamente de Andrómeda y miraron a Seiya que seguía durmiendo como si nada hubiera pasado.
-Vaya que tiene el sueño pesado…-sonrió Shun aliviado
-Sí, yo creo que con tus gemidos despertaste hasta a los dioses-se burló Hyoga causando un sonrojo por parte del menor.
-Hyoga…-Shun miró serio a su amado cisne que se encontraba abrazándolo tiernamente-. ¿Desde cuándo?
-Bueno…-sonrió besando la frente del adolescente-. Desde que me salvaste de ese ataúd de hielo que me hizo Camus… Supe… Que te amaba… Supe que yo era para ti… Que tú eras el amor de mi vida…-tomó el menton de menor y lo levanto para besarlo tiernamente, se separaron-. ¿Y tú, amor?
-También, cuando te vi congelado… sentí como si mi vida se fuera de mi cuerpo… No imaginaba una vida sin ti, Hyoga…
El cisne volvió a besar a Shun para después los dos quedar profundamente dormidos.
Capitulo 7

El caballero de Andrómeda al despertar se dio cuenta que no había nadie a su lado, que estaba vestido con su pijama y que se encontraba un caballero de Pegaso sentado en la cama mirándolo preocupado y con ojeras, el peli verde se sentó también.
-Por Athena… ¿Qué te paso?-el adolescente empezó a buscar con la mirada al cisne sin encontrar algún rastro de él-. ¿Y Hyoga? ¿Salió?
-¿Hyoga?...-El Pegaso miró confuso al peli verde-. Shun… ¿Acaso no recuerdas nada?-el castaño hizo una pausa recibiendo solamente la mirada inocente por parte de Shun-. Ikki te dejó solo… Me llamó para que te cuidara… Cuando llegué, estabas encerrado en el cuarto bajo la escalera por el miedo a los truenos… Intenté sacarte pero la puerta se había atascado… Cuando logré derribarla te desmayaste… Te dio calentura también… Así que estuve cuidándote toda la noche.
-¿Qué? No… Hyoga vino… Luego mi hermano llegó y le empezó a gritar de cosas… Y después tú llegaste-intentó explicar Andrómeda.
-Shun… No, así no fue… Si quieres pregúntale a tu hermano…-el castaño le pasó su celular para que le hablara al Fenix.
-¡Hermano!... No… Sí, estoy bien, tranquilo… Te hablaba para decirte: ¿Recuerdas lo que paso ayer?... Si, cuando te fuiste… ¿Qué? No, tu regresaste por que estabas preocupado por haberme dejado con Hyoga, ¿No lo…?-Shun hizo una pausa y sus ojos se llenaron de lágrimas-. Pero… No… Después de que regresaste decidiste llamar a Seiya… Si… Está bien… Adiós…

Shun colgó sin mucho ánimo y le regresó el celular al Pegaso para después soltar un suspiro y comenzar a llorar abrazándose a sí mismo.
-Shun… ¿Qué pasa?... ¿Qué tienes?
-Es que… Hyoga ayer estuvo aquí, yo lo sé…
-Pequeño…-Seiya abrazó al adolescente acariciándole la cabeza-. ¿Cuántas veces hablaremos de esto?... Hyoga murió…
Esta noticia dejó paralizado al peli verde, se separó de golpe de Seiya y lo miró muy molesto por lo que había dicho.
-Con eso no se juega, Seiya, no lo digas ni de broma-Shun le dio una cachetada dejando muy sorprendido al castaño.
-Pero, Shun… No estoy jugando… No pudimos sacar a Hyoga del ataúd de hielo que le hizo Camus…
-¡Cállate! ¡Es mentira! ¡Yo salve a Hyoga! ¡Yo lo saqué de ahí!-Andrómeda se tapó los oídos negando fuertemente con la cabeza.
-¡Shun! ¡Shun!-Seiya lo tomó de las muñecas-. ¡Despierta ya de esa fantasía absurda! ¡¿Cuántas veces tendremos que explicarte que Hyoga ha muerto?!
Los ojos de Shun dejaron de tener ese brillo de inocencia y cariño característicos… ahora solo eran dos ojos sin sentimientos… sin alma… las lágrimas se habían secado… miró al suelo y después condujo a Seiya hasta la puerta de la casa.
-Creo que es mejor que te vayas…-El peli verde lo empujó fuera.
-¿Qué?
-Necesito estar solo…-dijo Shun para después cerrarle la puerta en la cara.
Se metió al baño y se lavo la cara, al mirarse al espejo solo distinguía el dolor que emanaba de su mirada, no pudo evitar volver a llorar; se subió a su cuarto y se acostó en la cama abrazando la almohada donde, se suponía, durmió Hyoga, inhalo fuertemente… “Huele a él…” Se levantó e hizo su cama, cuando acomodó su colcha escuchó algo cayendo al suelo; al asomarse vio una rosa en una caja de cristal, “La rosa que Hyoga siempre le llevaba a su madre…” pensó tomándola con cariño, con delicadeza… con un amor indescriptible… “Sera… ¿Qué lo que me han dicho es mentira?... ¿Hyoga sigue vivo?...” dejó la rosa en su mesita de noche y suspiró resignado… o quizá decepcionado…
De pronto sintió unos brazos rodeándole la cintura por detrás, y una respiración en su cuello, que por alguna razón, lo tranquilizaba bastante.
-Nos vemos esta noche… Mí amado… Novio…

FIN

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