domingo, 8 de marzo de 2015


 Competencia

MelloxNear

Vuelvo a aclarar, soy la misma autora de este fanfic que se encuentra en "Mundo Yaoi", por cualquier cosa.

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Otro día en Wammy’s House, igual que siempre, los chicos en el patio jugando a diferentes cosas, o algunos paseaban por ahí, también estaban las mimas “discusiones” de siempre en la sala de juegos, Mello y Near, aunque, claro, parecía que el rubio discutía con la pared pues el albino no contestaba, como si no le escuchara o no le importara en absoluto.

-¡Maldito!-Mello pateó uno de los puzles de Near desacomodando todo-. Tsk… Como molestas.

Sacó una barra de chocolate, le quitó la envoltura y le dio un mordisco al dulce, se dio media vuelta y se fue a su cuarto que solía compartir con un pelirrojo de goggles. Entro azotando la puerta tras de sí.

-¿En qué perdiste ahora?-preguntó el pelirrojo sin despejar la vista de la pantalla de su psp. Se encontraba acostado en la litera de abajo.

-¡En comer!-dijo burlonamente el rubio dándole otra mordida a su chocolate.

-Intento interesarme en las cosas de mi mejor amigo y él no me deja-siguió sin dirigirle la mirada hasta que unos minutos después apagó el psp y se incorporó sentándose en la cama mirando a Mello que se encontraba en una silla con la cabeza recargada hacia atrás-. ¡Ya se!

-¿Cómo matar al jefe de tu jueguito ese?-lo miró molesto y sin ánimo.

-Ja…ja, muy gracioso-se quejó-. Como le ganarás a Near-Mello comenzó a prestarle más atención al chico de goggles-. Tú tienes diecisiete años y el apenas quince ¿no?

-¿Y eso qué, Matt?-bufó Mello

-¿Me dejas hablar?-lo miró molesto

-Claro

-Bueno, como decía, significa que tú ya tuviste tu primera vez ¿no?

-Obviamente, Matt

-Near aún no, ¿Quién ganaría?-sonrió Matt.

-¡¡Él!!-Mello hizo hacia atrás la cabeza de nuevo-. Ese maldito albino sabe acerca de todo.

-¿Hasta sensaciones?-Matt fue hacia Mello y lo tomó de los hombros-. ¿No entiendes?

-No, explícame-Mello lo miró molesto.

-Bien, pues escucha…

Y así comenzó el plan de Matt en marcha. Al día siguiente, Mello fue de nuevo a la sala de juegos donde encontraba Near con sus puzles, sentado en el piso. Mello se paró frente al puzle.

-¿Vienes por otra competencia?-Near dejó de armar el puzle y levantó la mirada para ver a Mello.

-¡Sí! ¡Vamos a hacerlo! ¡Tú y yo en un hotel! ¡El primero que salga huyendo o se detenga pierde!

El albino se sorprendió un poco pero no mostró sentimiento alguno, aceptó como si nada pero por dentro estaba que se moría de miedo por lo que podría pasar…

Eran las 11 de la noche, el albino entró al hotel donde habían acordado, Near temblaba, sentía alivio de que nadie conocido lo viera de esa manera, fue a pedir en la recepción la llave del cuarto que quedaron pero el portero le dijo que ya había alguien que recogió la llave, alguien llamado Mello; sostuvo el aire un momento, le agradeció al portero y subió al cuarto.

Al entrar se podía percibir un olor a vainilla por las velas, al lado de la cama matrimonial había una mesita de noche con una botella de Champagne y dos copas frente a ella, había más detalles pero a Near no le importaba ninguno, solo la figura que se encontraba saliendo del baño, escuchó como chasqueaban tres veces la lengua.

-Pensé que no vendrías, hubiera ganado si no te presentabas-sonrió Mello quién solo traía un bóxer.

El menor se sentía desfallecer, pero, como siempre, no lo mostraba, fue hacía Mello dándole un beso en los labios.

“¿¡Me está besando?! Debería... No... Sí me separo perderé este juego…”
Pensó el rubio mientras metía su lengua para intensificar el beso. Near se sorprendió pero intentó corresponder.

“Esto está mal” Pesó Near en cuanto el beso terminó. Mello fue depositando a Near delicadamente hacia la cama. “No quiero que mi primera vez sea así… De esta manera…”

Cuando el menor estuvo en la cama, Mello se posó encima de él comenzando a quitar el pantalón. El albino comenzaba a temblar, sus ojos a llenarse de lágrimas y su cuerpo a temblar. Mello sintió el temblor y una sonrisa apreció en su rostro. Fue retirando la ropa interior del menor pero fue interrumpido antes de quitarla por completo.

-¡No!-gritó el albino al borde de las lágrimas-. ¡No! ¡Por favor!

Near empujó al rubio y salió corriendo de la habitación con los pantalones en la mano.

En la habitación, Mello comenzó a vestirse. “¿Por qué?... Le gané… Pero… No me siento bien…”

En el pasillo, Near se puso el pantalón y se dejó caer al piso llorando y temblando…

Estaba en mi habitación, Matt me miraba con una sonrisa picara mientras me daba una barra de chocolate.
-Entonces… ¿Mello está enamorado?~ -sonrió de nuevo dándome un golpecito en el hombro.

-No, No lo estoy-Miré al piso algo sonrojado.

-¿Qué no lo estás? ¡Estuviste a punto de hacerlo con Near! ¡Y cuando se fue llorando te sentiste mal!-rió-. Y dices ¿Qué no lo estás?-volvió a repetir la pregunta-. Es completamente obvio que sí

Matt prendió su psp ignorándome como siempre. Yo suspiré y salí de la habitación para dirigirme a mi moto y dar vueltas por ahí para aclararme un poco.


Estaba en la sala de juegos armando otro puzle, no podía pensar, no podía concentrarme, era mi puzle favorito de “L”, me lo sabía de memoria y no podía poner ni siquiera la primera ficha en su lugar. Nadie se encontraba en la sala, suerte para mí.

Vi la puerta de la sala de juegos abriéndose, esperaba que fuera Mello. Mi corazón comenzó a latir fuertemente.

Pero mi esperanza murió cuando vi entrar a un pelirrojo. Era Matt. Mejor amigo de Mello. Siempre estaba con él, como un perro faldero, ¿Por qué ahora no?

Matt se acercó a mí sonriendo. Se sentó en el piso frente al puzle y comenzó a armarlo. Me quedé confundido pero me sentí bien al tener compañía así que comencé a armarlo junto a él.

Había algunas risas y unos chistes por parte de él, era divertido estar con Matt, hasta que hubo un silencio.

-A Mello le gustas-dijo mientras agarraba otro puzle.

-¿Qué?

No entendía a que venía eso… ¿Quizá una broma por parte de Mello?


Era de noche y Near seguía sin entender lo que había pasado, Matt le había dicho que le gustaba a Mello y después lo había dejado en la sala de juegos, otra vez solo y confundido. La noticia le había llega de la nada pero también le había hecho latir al máximo su corazón.

“Si lo hubiéramos hecho… ¿Esto podría ser diferente? ¿No tendría estas dudas?” pensaba sin darse respuesta. Era increíble, el número uno en Wammy’s House y no sabía la respuesta de aquello. Pensó por varios minutos. “No hay manera de saberlo si no lo compruebo”.
Llegó a la conclusión que, aunque se comportara como Mello, debía pedir la “revancha” (por palabras de Mello).

Así que se fue a la habitación del rubio, tocó tres veces. Cuando nadie le abrió su esperanza cayó, desplomándose, quería llorar, pero no iba a hacerlo. Al darse media vuelta para irse se encontró con que estaba un rubio mirándolo sorprendido.

-¿Pasa algo?-preguntó el rubio caminando hacia la puerta y abriéndola-. Entra.

Mello entró a su habitación acompañado de Near, prendió la luz y cerró la puerta tras de sí. Se dirigió a la litera de abajo y se acostó con las manos atrás de la cabeza y los ojos cerrados, como si se hubiera olvidado que ahí estaba el albino.

-¿Qué pasa?-peguntó abriendo los ojos para mirarlo y después volver a cerrarlos.

-Yo… Quiero la revancha-dijo acercándose un poco más a la litera-. Quien sea agresivo pierde…-Si iba a ser su primera vez debía ser por lo menos linda.

-Estás diciendo… ¿Romántico? ¿Tenemos que ser románticos?-Mello se sentó en la orilla de la cama mirando a Near-. ¿Por qué?

Si Near quería intentarlo de nuevo, tenía que encontrar una buena excusa.

-Porque tú eres agresivo y jamás podrías ser romántico

Sí, eso enfurecería a Mello lo suficiente como para aceptar el trato.

Mello se levantó de la cama con el puño en alto en dirección a Near. “Si lo golpeo pierdo… ¡Maldición!”

Bajó el puño agarrando la mejilla del menor depositando un dulce beso en los labios del albino. Luego lo abrazó acercándose a su oreja.

-Prometo ser gentil…-le susurró.

El rubio comenzó a besar delicadamente el cuello del albino, lo acostó en la litera de abajo para después ir a la puerta y poner un letrero fuera de ella colgando de la perilla un letrero que ponían él y Matt cuando tenían “visitas amistosas” y así darle a entender al compañero que no dormiría ahí esa noche.

Cerró la puerta con seguro y comenzó a quitarse el saco.

-¡No!-interrumpió Near. Mello lo miró desconcertado-. Yo… Yo quiero quitártelo…

Una sonrisa apareció en los labios del mayor y fue hacia Near sentándose al lado de él en la cama. El menor, tembloroso, comenzó a desnudar a Mello delicadamente mientras daba pequeños besos en el cuello de este; cuando el mayor estuvo sin prendas, comenzó a quitarle la ropa a Near; se notaba quien era el de la experiencia, pues Mello le quitó la ropa con maestría y al mismo tiempo con delicadeza.

Al estar los dos rin ropa, Mello fue acostando a Near y él quedó arriba.

Near estaba sonrojado, le costaba mucho decir lo que pensaba, pero para él esto no era una competencia más, esto no era otro juego, él amaba a Mello, lo amaba a pesar de todo y sabía que, aunque el rubio no sintiera lo mismo, sería gentil y cariñoso por las reglas de la competencia.

-Espera…-el menor dio un casto beso en los labios del rubio-. Quiero verlo…

Otra sonrisa apareció en los labios del mayor mientras asentía, se sentó en la orilla de la cama ayudando a Near a sentarse junto a él pero el albino se levantó de la cama y se hincó frente al mayor viendo la virilidad de este; un sonrojo intenso apareció en sus mejillas. El rubio al ver esto soltó una carcajada.

-¿Muy grande?-se burlo el mayor, pero su sonrisa desapareció cuando Near asintió sin quitar la vista de su miembro-. Near… No es solo para observar nada más-un sonrojo apareció en Mello-. ¿Ves como esta?-el albino volvió a asentir sin decir palabra-. Necesita atención…

Lo último, Mello lo susurró de una manera sensual y cálida mientras tomaba la mano del menor y la dirigía a su miembro. Comenzó a hacer un bombeo rítmico. Una carcajada volvió a escapársele cuando vio como Near aún no le quitaba la vista a su miembro.

-Near…-Susurró Mello-. Ya, sí quieres detener esto dilo.

-N…No es eso-Near apartó su mano causando una mueca de molestia por parte del rubio-. Yo… Tú me gustas, Mello… Y mucho.

Antes de que Mello pudiera decir algo, Near metió en su boca la hombría del mayor, causando en él rubio alguno jadeos, el albino intentaba meterlo todo en su boca, pero le resultaba imposible por lo que decidió acariciar parte que quedaba fuera.

La habitación se llenó de jadear por parte de Mello. Al correrse el rubio soltó un suspiro llenando la boca de Near. El mayor miró sonriendo al albino y soltó una risilla cuando vio la cara de sorpresa del albino mirándolo con suplica de que le dijera que debía hacer con aquel liquido que se encontraba en su boca.

-Tienes una de dos-rio Mello-. Tragar…-Near abrió sus ojos sorprendido-. O escupir-el rubio alcanzó el bote de basura y lo puso junto a Near con una sonrisa tierna-. Vamos, escupe, mi algodoncito.

Aquel nombre cariñoso llenó al menor de alegría así que decidió tragar sorprendiendo al mayor.

El rubio beso la frente de Near y lo hizo acostarse de nuevo en la cama colocándose encima de él. Le abrió las piernas y se colocó en medio, comenzó a masturbarse frente al menor, causándole un sonrojo y volviéndose a excitar.

Tener a Near, su Near, acostado en su cama, sin ropa, completamente indefenso, en su primera vez, solo para él, esa era una visión bastante excitante para Mello.

El rubio colocó su miembro en la entrada del menor.

-Te dolerá…-le advirtió Mello-. Pero ya no aguanto, lo siento, mi algodoncito.

Al terminar de decir aquellas palabras entró de una sola estocada en Near, las lágrimas salían de los ojos del albino pero no le importaba, estaba en su primera vez con el amor de su vida.

-Gime mi nombre… Gime mi nombre, Nate…

Near comprendió lo que Mello quería escuchar, y no se iba a hacer del rogar en ese momento, le podría dar a Mello lo que él quisiera tan solo con pedírselo.

-¡Ah!... Ngh… Mi… ¡Mihael!

Aquellas palabras llenaban a Mello, lo hacían feliz… Tan feliz que podría morir en ese mismo instante pues moriría feliz.

Al terminar, ambos cayeron rendidos en la cama, Mello besó los labios del menor susurrando un Te amo.

Un pelirrojo se encontraba en una habitación escondida con un televisor en el cual se veían dos figuras: Un rubio y un albino. Los dos durmiendo cálidamente en una cama.

-¿No que no, Mello?-le habló a la pantalla-. ¡Nadie le gana a Matt y sus intuiciones!

El chico sacó un cigarrillo, lo prendió dándole una calada y después dejando salir el humo por la boca, sacó su psp comenzando a jugarlo con una sonrisa y un cigarro en su boca.

-Eso de… “del odio al amor solo hay un paso” creo que tiene algo de razón-susurró bromeando mientras miraba el televisor y de nuevo a su psp.


FIN

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